viernes, 17 de agosto de 2012

EL LOCRO DE ZAPALLO

Debía ser con zapallo arequipeño recién llegado de la vertiente agrícola de Majes. Cultivado y asoleado con diligencia tradicional bajo el candor, la sonrisa y el canto de sus muchachas en flor. Zapallo mistiano, dulce y amarillito, reclamando la compañía del ají y del kilo de habas en su verdor.

Puno, la tierra de nuestro origen, dispuesta con sus porciones de chijchipa lugareña, papa nueva de las islas y queso fresco. Delicia programable en cualquier momento desde carnavales hasta navidad. Invitación al calor de hogar, reflejando la alegría y la satisfacción de Mamá, una veces con choclo tierno y cochayuyo; otras con pecho de vaca impregnado de wuacatay.

Sin duda, la olla de barro más grande de casa recibía el encargo de cocinar la mixtura, con el calor de wuaykuna seca encendida. Tradición ancestral actualizada.

Te acuerdas? Umakaya, chuñito negro, tunta o arroz graneado al escoger, para el gusto de tantas personas alrededor de la mesa. Locro puneño con yapa para engalanar la fiesta del medio día en los hogares del campo y la ciudad.

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