lunes, 22 de mayo de 2017

No. 09- Ven ...practiquemos Aymara

Al parecer, los estudiantes de primer nivel educativo en Japón requieren practicar y dominar la caligrafía, significado y contenidos formativos de un orden de cuatro a cinco mil ideogramas de su Idioma para acceder a niveles de lectura. Es de suponer que a través de la práctica mencionada -en la cual la asignatura Caligrafía exhibe prioridad- se busque proporcionar a los alumnos experiencias formativas ligadas a la observación, la constancia y el perfeccionamiento.

En otro ángulo de perspectiva las Civilizaciones emergentes en el suelo de Perú: a lo largo de la costa del Pacífico (Nazca, Chan chan, Chimú) y en las encrucijadas vertientes de la Cordillera de los Andes (Chavin, Inca, Aymara). todas ellas, en opinión de historiadores y académicos, no tenían en uso un sistema de escritura De acuerdo a aquellas opiniones, nuestras civilizaciones eran "ágrafas", sin escritura. Al respecto, la opinión del Dr. S,R. de la Ferriere (1) contiene otro nivel de interpretación: en aquellas civilizaciones la comunicación se manifestaba "de labio a oído".  En la voz humana -estructura de sonoridad y vibración-, en el sonido de las palabras pronunciadas radicaron las expresiones y jerarquía de su Verdad. Los adultos conversaban con la juventud, los padres con la familia. Los padres se constituyeron en primeros formadores de la personalidad de sus hijos: la Madre iniciando a los hijos en el Habla Materno. Los pueblos aprendían y festejaban escuchando el Saber resguardado en la conciencia individual y colectiva de los Sabios.

Los acontecimientos que modelaron su historia, así como los resultados de sus descubrimientos y experiencias, su futuro fueron transmitidos "de labio a oído". Se imponía una razón: todo aquel Conocimiento exigía ser resguardado como fuente de su Verdad. Por eso -buscando siempre lo mejor para la Educación de la juventud- se requiere conversar, interrogar, consultar a los agentes de aquella Realidad Oral de nuestras Culturas ancestrales: los Sabios, los Amautas, los Ancianos de nuestras comunidades rurales para colaborar en la operación limpieza aplicable a la profunda realidad de aquellas Culturas.

Nota: "Yug, Yoga, Yoghismo", Edic. Diana

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